El Golfo Pérsico se ha convertido en el nuevo campo de batalla tecnológico global. Mientras los Emiratos Árabes Unidos se posicionan como una superpotencia de la inteligencia artificial, América Latina corre el riesgo de quedar rezagada si no redefine urgentemente su estrategia digital.
Frente al ascenso fulgurante de los Emiratos Árabes Unidos, que apuestan 1.4 billones de dólares en la próxima década para dominar la IA, América Latina debe acelerar su transformación digital o resignarse a la irrelevancia tecnológica.
La ofensiva emiratí
- Los EAU apuestan todo a la IA, con fondos soberanos como MGX, ADIA y ADQ que administran casi 1.7 billones de dólares.
- Alianzas estratégicas con Nvidia, OpenAI, Microsoft y Oracle, y el megaproyecto Stargate: un campus de IA con chips y energía a gran escala.
- Figura clave: Sheikh Tahnoon bin Zayed, designado “Árabe más influyente de 2025”, lidera la estrategia nacional de IA y preside IHC, uno de los conglomerados más poderosos del Golfo, motor de inversiones en ciberseguridad, semiconductores e inteligencia artificial soberana.
América Latina: avances desiguales
- La adopción de IA llega al 40 %, aún por debajo de EAU (58 %) o India (59 %).
- 71 % de las empresas latinoamericanas ya integran IA, frente al 58 % en 2020.
- Sin embargo, la región sigue atada a una economía informal amplia y una brecha de talento digital que frena su competitividad.
Dos visiones enfrentadas
EAU: estrategia estatal a largo plazo, capital abundante, infraestructura de IA, atracción de talento extranjero sin restricciones.
América Latina: enfoque fragmentado, sin coordinación regional. Potencial en Brasil, México y Argentina, pero falta una hoja de ruta común entre universidades, startups y gobiernos.
Lecciones para América Latina
- Escala de inversión: EAU demuestra que no basta con proyectos piloto; se necesita músculo financiero.
- Infraestructura robusta: centros de datos, chips, talento capacitado y acceso global.
- Visión estratégica: planificación regional, liderazgo estatal y sinergia público-privada-académica.
En esta nueva era tecnológica, América Latina no está condenada. Tiene creatividad, juventud y potencial. Pero necesita invertir, organizarse y cooperar para no ser una mera espectadora de la revolución IA… que ya ha comenzado en el desierto.