El joven musulmán gana las primarias para la alcaldía con una campaña digital explosiva. Su victoria rompe con décadas de poder demócrata tradicional y dibuja un nuevo mapa político.
Una campaña 100 % digital, una ola imparable
Zohran Mamdani, 33 años, hasta hace poco un simple representante local en Queens, ha conquistado la primaria demócrata para la alcaldía de Nueva York. Lo hizo sin partidos detrás, sin grandes donantes, y sobre todo, sin pasar por los canales políticos tradicionales.
Su fórmula: vídeos cortos en TikTok, directos en YouTube y una narrativa cercana, que conectó con una generación nacida con el smartphone en la mano. La campaña se volvió viral. Jóvenes, estudiantes, latinos, musulmanes, trabajadores precarios: todos encontraron en Mamdani una voz propia.
Una agenda que asusta al poder
Lejos de suavizar su discurso para agradar al centro, Mamdani lo endureció: gravar a los más ricos, congelar los alquileres, reforzar el transporte público, y redistribuir la riqueza en una de las ciudades más desiguales del país.
“Luchamos contra el costo de vida, no contra nuestros vecinos”, repetía. Una consigna simple, eficaz, que dejó sin argumentos a una oposición envejecida y sin ideas. Para muchos, esta elección ha sido un referéndum contra la vieja élite demócrata.
Clinton, Pelosi, Cuomo: fin de una era
La victoria de Mamdani no es solo suya. Es también la derrota de toda una generación de líderes. Obama queda como el último referente moderado aún creíble. Los Clinton y Pelosi, irrelevantes. Andrew Cuomo, exgobernador y rostro del establishment neoyorquino, fue literalmente borrado del tablero.
Detrás de esta caída hay un movimiento: el de una izquierda joven, digital, organizadora y profundamente conectada con las luchas sociales. Lo que pasó en Nueva York podría repetirse pronto en otras grandes ciudades.
Esto no es una excepción. Es un punto de inflexión.
Zohran Mamdani acaba de probar que con una comunidad digital sólida, una agenda clara y una buena dosis de audacia, se puede romper el sistema desde dentro. Su victoria no es un accidente. Es una hoja de ruta.
Y América Latina debería tomar nota: los partidos tradicionales ya no tienen el monopolio del poder. La próxima revolución puede estar naciendo ahora mismo… en tu feed.